La Enseñanza del Español para Fines Específicos

 
 

¿Qué enseñamos cuando enseñamos una lengua de especialidad como segunda lengua o lengua extranjera?

Cuando enseñamos una lengua de especialidad, enseñamos los discursos científicos, técnicos y profesionales, es decir, los discursos pertenecientes al ámbito ocupacional en el que se desenvuelven nuestros alumnos.

Basándonos en este concepto se puede decir que hay tantas lenguas de especialidad como profesiones hay. Pero, ¿en qué radican sus diferencias?, ¿cuáles son las variantes entre ellas?, ¿estamos hablando de lenguas completamente distintas entre ellas?, ¿cómo las debemos abordar en el aula?

Parece evidente afirmar que al hablar de lenguas de especialidad no estamos hablando de códigos lingüísticos completamente diferentes entre sí, puesto que todas las lenguas de especialidad comparten con la lengua común “rasgos de carácter estructural, tales como la morfología y la sintaxis, así como también los procedimientos para la formación del léxico” [1]. Sin embargo, tampoco podemos irnos al extremo contrario y pensar que lo único que diferencia a las lenguas de especialidad entre sí, es la terminología y el léxico que son propios de cada ámbito, sea este científico, técnico o profesional.

En realidad, como lo afirma Cabré, una gran parte de las lenguas de especialidad comparten características comunes, tanto lingüísticas como funcionales, y lo que les hace diferentes es el área de especialidad en el que se las utiliza. Así por ejemplo, entre los científicos que se desenvuelven en el mundo de las ciencias experimentales (matemáticos, biólogos, químicos, físicos, etc.), el lenguaje especializado que utilizan tiene muchas características comunes. Pero si a éste lenguaje especializado, lo comparamos con el de aquellos profesionales de las ciencias sociales (teólogos, filósofos, etc.) encontraremos que las diferencias son grandes.

Ahora, si bien es cierto que el léxico y las terminologías propias de cada ámbito son destacables diferencias que marcan las variantes entre las lenguas de especialidad, hay otros factores de mucha importancia que debemos tomar en cuenta, a la hora de la enseñanza / aprendizaje del español con fines específicos. Estos son los factores lingüísticos y extralingüísticos.

En realidad, una lengua de especialidad, desde el momento que es “lengua”, sirve para que sus usuarios puedan realizar actos de interacción comunicativa, la diferencia es que estos lo hacen dentro de su ámbito profesional, que conlleva sus características propias. Pero el hecho mismo de que exista interacción comunicativa, quiere decir que no todo es léxico y terminología. Es mucho más que eso.

Así pues, como señala Gómez de Enterría, toda enseñanza de una lengua de especialidad debe “aplicar una metodología que incluya tanto la perspectiva de la descripción lingüística, como los aspectos pragmáticos y funcionales, pero además debe situar el proceso de enseñanza / aprendizaje dentro de un marco que esté fundamentado en la comunicación, en el que el profesor desarrollará los contenidos gramaticales, discursivos, sociolingüísticos y socioculturales”[2]. A más de esto, señala Gómez de Enterría, no podemos olvidar las características estilísticas, gramaticales y léxicas, propios de cada sector profesional, así como los aspectos culturales propios a cada grupo social.

Como vemos pues, es un panorama amplio y un todo complejo al que nos enfrentamos a la hora de la enseñanza / aprendizaje de una lengua de especialidad, según el cual ningún aspecto de la lengua debe quedar desatendido.

A continuación quisiera señalar algunos aspectos importantes de las lenguas de especialidad, que a mi manera de ver, debemos tomar en cuenta a la hora de enseñar el español con fines específicos.

  • La comunicación en los medios científicos y técnicos se caracteriza por su precisión y exactitud metalingüística, dejando fuera de lugar a la ambigüedad del discurso. Por esta razón es imprescindible que los alumnos alcancen un conocimiento profundo del léxico y terminología propios de su área, sin los cuales no podrían desenvolverse adecuadamente.

  • Las funciones del lenguaje en la comunicación especializada, son principalmente la referencial, la metalingüística, la función conativa y la función fática. Mientras que las funciones expresiva y la poética son prácticamente inexistentes en este tipo de discursos. Esto es importante que el profesor lo tome en cuenta, sobretodo a la hora de preparar materiales, escoger textos y planificar actividades.

  • En cuanto a la metodología que se emplea en este tipo de clase, es importante que el profesor actúe como guía de los alumnos, sin tomar el rol de protagonista en el aula. Todo lo contrario, aquí los alumnos serán los protagonistas y aprenderán a adquirir autonomía en el proceso del aprendizaje.

  • La utilización de una metodología basada en el enfoque por tareas y la simulación global, resultan de gran utilidad en la enseñanza/aprendizaje de una lengua de especialidad, porque favorecen el protagonismo de los estudiantes, al verse involucrados en actividades similares a las que realizan en su vida profesional.

[1]Cabré, 1993: 148, Manual del Máster en Enseñanza del Español como Segunda Lengua, pág. 12

[2]Gómez de Enterría, Español para Fines Específicos, Máster del Español como Segunda Lengua, pág. 124.

 

 
 

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